Historias de la mente: Un viaje personal

Estimados lectores,

Les doy la más cordial bienvenida a esta nueva sección que inaguro con una mezcla de emoción y responsabilidad. En los próximos meses, estaré compartiendo con ustedes y siguiendo mi línea de acción, pequeñas historias, fragmentos de mi vida que nacen de experiencias que no siempre son fáciles de contar, ya que las enfermedades mentales siguen siendo un gran tabú. Considero, sin embargo, que es muy necesario hacerlo. Hablo de mi vivencia personal con los brotes psicóticos o, lo que es lo mismo, del estado en el que se encuentra la mente cuando te vuelves loca.

¿Por qué estás historias?

No se trata de dramatizar ni de caer en el victimismo, para nada, no es mi forma de ir por la vida. Muy lejos de eso, mi intención es abrir una ventana a un mundo que para muchos es desconocido, pero que para otros es una realidad con la que convivimos a diario. Estas historias no buscan sensibilizar desde la tristeza, sino más bien desde la comprensión y la empatía. Quiero mostrarles que, a pesar de la oscuridad que a veces puede envolvernos,

siempre hay una luz que nos guía de vuelta a este mundo, llamado por algunos, el mundo de los cuerdos.

Un legado para mi familia y para ti

Estas historias nacen de una necesidad profunda de dejar un legado, no solo para mi familia, quienes han sido testigos y compañeros incondicionales de este viaje, sino también para todo aquel que pueda sentirse identificado con mis palabras. Si mis experiencias pueden servir de ayuda, consuelo o simplemente de compañía en momentos difíciles, habrán cumplido su propósito.

Lo que pueden esperar

A través de relatos breves, iré desgranando momentos, pensamientos y sensaciones que me han acompañado durante estos brotes psicóticos. Pero no teman, no será una lectura pesada ni sombría. A veces encontraremos humor, otras veces reflexión y, en algunas ocasiones, simplemente un relato llano y sincero de lo que es vivir con una mente que, a veces, decide tomar rumbos inesperados.

Deseo y espero que estas historias de mi vida sirvan, aunque solo sea por un instante, para que nos paremos a reflexionar cada vez que escuchemos la palabra “loca”.

Gracias por acompañarme en este viaje. Juntos descubriremos que, aunque la mente puede ser un lugar complejo y en ocasiones desafiante, también es un territorio lleno de aprendizaje, crecimiento y esperanza.

¿Cuándo empezó mi locura?

Candás 1961. Mi locura empezó el día en que mi querida y añorada abuela, Pepa Barrera, se volvió loca. Desde muy niña siempre me dijeron eres igual que ella. En mi mente sensible e infantil se grabó a fuego esa situación tan traumática. Si somos iguales, yo algún día también me volveré loca, pensé.

Nunca seremos lo suficientemente conscientes de cómo una mente infantil puede interpretar las palabras…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *