La mochila

Si me propusiera hacer un sondeo para preguntarle a la gente cuál es su mes preferido, estoy segura de que, por un motivo o por otro, la mayoría de ellos dirían que septiembre.

Después de haber disfrutado de un placentero periodo estival, septiembre viene siempre colmado de energía renovadas, de ilusiones y nuevos proyectos.

Pero si además es el mes que te vio nacer, también te invita a la reflexión y a realizar un minucioso balance de tu vida.

Dedicado a todos los que llevan una mochila a sus espaldas,

sin otra pretensión que la de ir haciendo camino.

Una mochila muy grande en la espalda llevo yo,

en la que cabe de todo, en la que no falta de nada,

llena de penas y llantos, de gozos y de alegrías va.

De cuando en cuando, el peso me hace tambalear,

hacia un lado y hacia otro,hacia adelante y hacia atrás.

Una mochila yo llevo, que llena de fuerzas está,

ellas son las que me ayudan a equilibrar,

para poder seguir viviendo esta vida y muchas más.

Llévala siempre contigo, pues ella te indicará,

por dónde puedes o no puedes, por dónde debes pasar.

Ella me infunde el aliento para poder caminar,

con esa carga que lleva de experiencias sin más,

de toda una vida vivida, sin apearme jamás.

Por mucho que se tambalee,

hacia adelante y hacia atrás,

llena de fuerzas está,

fuerzas para seguir viviendo

lo que me queda por andar.

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