
Cuenta la leyenda que de unos mares lejanos un farolero venia, para encender los faroles y también los corazones de las gentes que vivían a la orilla de la mar en un pueblin pequeñín que se llamaba Candas.
Bienvenido Farolero a este puerto marinero, danos paz, danos amor y enciéndenos el farol para llevar por el mundo tu luz y tu calor.
Dicen que de lejos vienes, repartiendo luz, paz y amor.
Por favor dame a mí un poquito que tengo roto el corazón, de ver tanta hambre y pobreza, de tanta injusticia y desazón.
Arrímate a mi Farolero y dame amor y calor, que esta mar traicionera con mi hombre se quedó, con ella se lo llevo un día que su furia desato y dijo que cobrar quería los frutos que nos da y los días de alegría que ella nos ofrecía, sin pedir nada jamás.
Arrímate a mi Farolero y dame amor y calor.
El Farolero también a los niños les traía, regalos y golosinas
Una carta yo te escribo en la que solo una cosa te pido, pues más no puede ser, pues el Farolero pobre es y tiene muchos niños que atender, pero eso sí de paz, amor y cariño mucho te puede traer
Farolero ven conmigo y enciéndeme mi farol que apagado lo tengo de ver tanta pena y dolor y enséñame a pescar las sardinitas plateadas que tanto hambre han de quietar.
Las sardineras por el pueblo de compaña contigo irán repartiendo las sardinas que con amor y cariño nos enseñaste a pescar.
Farolero, Farolero enciéndeme mi farol que me alumbre todo el año y me traiga paz y amor y que me lleve por el mundo sin tropiezo y resbalón, que sepas Farolero que cada año somos más los que aquí te esperamos que nos vengas a alumbrar, que nos enciendas los faroles y nos inundes con tu paz, queremos que nos ayudes a esta forma de vida cambiar.



