La Gallina Viajera

– ¡Güelina!

– ¿Qué quieres, rapacina?

– Quiero saber qué tenemos hoy para cenar.

– Pues verás…Como bien sabes, vivimos en una pequeña casa, rodeada por un pequeño huerto y un pequeño corral donde solo vive una gallina.

– ¿Solo una gallina, güelina?

– Sí, solo una que todos los días pone un huevo. Así que hoy, mañana, pasado, al otro y al siguiente tienes huevo para cenar.

– ¡Qué aburrido, güelina! Todos los días huevo…

-¡No, rapacina! No es aburrido, pues estos huevos son especiales… Son de una gallina viajera que antes de llegar a este lugar, recorrió el mundo entero y en cada sitio aprendió diferentes maneras de preparar tan suculento manjar.

– Hoy, el huevo escalfado cenarás.

– ¿Es-cal-qué…? ¿Es-cal-qué, güelina?

– Escalfado, rapacina. Y además, al saborearlo, su historia aprenderás. Cuentan que en una aldea remota de nuestra vecina Francia, un labrador, en una fogata cocinaba. En un pequeño descuido, un huevo en una olla de agua caliente cayó y en lugar de hervir, el huevo suavemente se cocinó. El labrador lo probó y descubrió que su interior era delicado y cremoso y lo llamó huevo escalfado.

– ¡Qué bien, güelina! Pues para mañana quiero tortilla francesa, que, claro, digo yo, será de Francia, ¿no?

– Pues no, muy equivocada estás… Lo cierto es que entre Inglaterra, Francia y España su origen se disputan. Pero tú come tranquila, rapacina, que hoy la dueña y señora de la que en ese plato está, solo eres tú.

– ¡Ay, güelina! Y mi preferida, la tortilla de patata, ya me corroe la duda de si es o no española.

– Sí, esa sí es española. Circula por ahí una leyenda, según la cual, un general que en la guerra se encontraba, allá por Extremadura en el año 1798, encomendó a una campesina la elaboración de un alimento barato y nutritivo con el que alimentar a sus tropas. Encargo al que ella respondió con esta tortilla que tan famosa luego se haría… ¡Pero no, rapacina, no! Esta historia no es verdad. La tortilla de patata es de origen asturiano, porque la inventé yo para ti.

– ¡Sí, güelina, por eso es mi favorita! Y dile a la gallina viajera que siga poniendo huevos, que hoy, mañana, pasado, al otro y al siguiente… para cenar degustaré tan nutritivo alimento.

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